SAGRADO HOSPITIUM

PACTOS DE AMISTAD EN LA CELTIBERIA SORIANA

En un tiempo en el que los pastores abandonaban los pueblos y marchaban a extremar, las mujeres celebraban reuniones nocturnas al calor de una vieja chimenea cónica. Estos son los "trasnochos", momentos en los que se relataban antiguas historias y leyendas mientras se cosía, hilaba y cardaba la lana. 
Aquí va el nuestro en particular ...
La diplomacia y el hábito hospitalario del que se hacen eco las fuentes clásicas parece ponerse de manifiesto a través de las téseras de hospitalidad. Estas son una serie de piezas que, funcionando a modo de “salvoconductos”, revelan posibles acuerdos de libre circulación de personas, objetos o bienes de intercambio comercial, y que se datan generalmente en torno al siglo I a.C., aunque recogiendo y materializando prácticas que serían anteriores. Este tipo de compromisos de ayuda mutua y de amistad debieron de ponerse en práctica desde la habilidad de las élites sociopolíticas a la hora de tejer sus bases clientelares, pudiendo haber sido la llave de los movimientos de ganado a larga distancia, ya que solo así se reduciría considerablemente el riesgo y el tan insistente clima de inseguridad aludido para estos momentos, que por otra parte no sería muy distinto al del comercio y no por ello dejó de llevarse a cabo. 
Unos pactos que debieron sellarse entre grupos de familias extensas, como así queda recogido en la denominación personal celtibérica que nos ha llegado a través de la epigrafía ya de época romana, donde se aprecia en primer lugar el nombre propio e individual, después por un genitivo de plural la denominación de la “familia extensa” y finalmente la filiación representada por el nombre del progenitor en genitivo seguido de la palabra kentis “hijo”. 
Al respecto, contamos en Soria con varias de estas piezas que, a pesar de no implicar contactos entre comunidades muy alejadas entre sí, suponen una mínima muestra de este tipo de acuerdos. 
Hagamos entonces mención, en primer lugar, a la famosa tésera con forma de cerdo procedente Uxama, que en una de sus caras cuenta con una inscripción en silaboalfabeto celtibérico, cuyo planteamiento de traducción (UNTERMANN, J.; GARCÍA MERINO, C.) vendría a ser el siguiente: 
 
"(¿)Como voto(?) (¿)ofrezco(?) a los Esainos (¿)hospitalidad(?) en nombre de Uxama (=Osma), (yo,) Saigios (,hijo) de Baisa, el céltico (=celtíbero)" 

De ser acertado, estaríamos ante un acuerdo sellado mediante dos legados procedentes de clanes celtibéricos distintos, uno arévaco (Uxama) y otro posiblemente vacceo, quizá procedente de la Rauda hispanorromana del itinerario de Antonino. En cuanto al significado de la tésera, creemos ver una posible vinculación con prácticas ganaderas trashumantes que asegurasen el libre tránsito de pastores y ganados. Quién sabe si en relación con las posibilidades de aprovechamiento de determinados pastos o bellotas del entorno de Uxama, tal y como ha venido sucediéndose hasta épocas relativamente recientes con el desplazamiento de porcino procedente de Tierras Altas. Esto explicaría la morfología de la pieza, además de su menudo tamaño (5'5 cm. de largo, 4'5 de altura y unos 1'5 de grosor), ideal para ser fácilmente trasportable a modo de contraseña.

Otro ejemplo de tésera de hospitalidad lo encontramos en las cercanías de Almazán, a medio camino entre el Alto Duero y el Jalón, concretamente en Ciadueña (Barca), donde se localizaría una ciudad celtibérica posteriormente a este hallazgo (yacimiento de “Las Eras”). 
La pieza se encuadraría dentro de las de tipo geométrico, quedando formada por cuatro “dedos”, una argolla en la parte superior y el interior vacío para recibir la otra mitad, siendo igualmente fácilmente trasportable. 
Cuenta con inscripciones en tres de sus caras, cuya lectura lakai·laiuikaino·baklatioku ha sido traducida con reservas como: “En Langa de Laiuikaino de los Balatiokos”. 
De este modo, se estaría haciendo referencia a la ciudad arévaca de Lanka, relacionada con la actual Langa de Duero, casi en el límite de las actuales provincias de Soria y Burgos, que pudiera haber establecido lazos de hospitalidad con la ciudad celtibérica de Ciadueña, donde residirían los miembros de los balatiocos (o quizás pala(n)tiocos, es decir habitantes de la ciudad vaccea de Palantia). Una pieza que además, cuenta con dos paralelos formales prácticamente idénticos procedentes de La Custodia (Viana, Navarra), y Patones (Madrid). 
También geométrica y de bronce, aunque de procedencia desconocida, aparecería la llamada tésera de Arekorata, en la que, por un lado, se haría referencia a un contrato perteneciente a la ciudad celtibérica ubicada en Muro (ArekoraTiKa:Kar), por otro, en su cara B, se vendría a determinar el nombre de una de las partes del acuerdo: Segilaco, el hijo de Melmón del grupo familiar de los Ámicos, mientras que en la cara C se mencionaría al magistrado que ejerce como testigo de su formalización. Es decir, Pistiro Lástico, nombre que algunos investigadores relacionan con el ámbito vettón. 
Sin salirnos de Arekorata, aunque esta vez hallada en la misma localidad de Muro, contamos con otra tésera de hospitalidad de bronce con forma de cabeza de animal cuyos rasgos iconográficos nos remiten a distintas especies como el toro, el caballo y un carnívoro de gran contenido simbólico. Vista de lado, en un lateral, puede observarse una inscripción en letras ibéricas donde se lee: “ToUTiKa”, sustantivo abstracto que encerraría el sentido de “ciudadanía” del portador de esta tésera, es decir un rango similar al de los ciudadanos de Arekorata, aunque esta vez no se puede hipotetizar sobre la procedencia del contratante forastero. 

Por último, traemos una placa de bronce que se ha relacionado con las téseras de hospitalidad, y que fue recogida por A. Schulten en el campamento romano del cerco escipiónico de Peña Redonda, actualmente depositada en el Römisch-germanisches Zentralmuseum de Mainz. Dicho objeto, de dimensiones también reducidas (1,5-1,3 cm.) y morfología inicialmente rectangular, aunque con signos de haber sido doblada intencionadamente, muestra una inscripción en celtibérico cuya lectura sería muko·kaiko, probablemente los dos nombres independientes de los que sellaron aquí su pacto, a pesar de la fragilidad de la pieza y de su forma y tratamiento inusual. 
Por consiguiente, la institución del hospitium celtibérico pudiera haber jugado el papel de mantenimiento de relaciones pacíficas a partir de pactos de mutua asistencia entre grupos tribales, así como para el aprovechamiento común de recursos y posesiones de las partes firmantes, como pastizales. Acuerdos que permitirían a los peregrinos o extranjeros formar parte de una comunidad que no era la suya en calidad de hospites, extendiendo su radio de actuación paulatinamente, hasta que al alba de la romanización se plasmaran sobre bronce incorporando grafías como las que hemos descrito.

No hay comentarios: